Temperatura es la medida del calor o del frío relativo de un cuerpo (y no la cantidad de calor que este contiene o puede rendir). Cuando tocamos algo, lo sentimos frío o caliente. Esto depende directamente de la temperatura del objeto y de su capacidad de conducir el calor. Al variar las temperaturas, las sustancias pueden dilatarse o contraerse, cambiar su resistencia eléctrica y si es un gas, variar su presión.
Para medir la temperatura se utilizan distintas escalas, entre las que contamos la
Celsius o escala centígrada, la escala
Fahrenheit y la escala
Kelvin.
En la escala Celsius,
el punto de congelación del agua equivale a 0°C, y su punto de ebullición a 100°C. Esta escala se utiliza en casi todo el mundo.
La escala Fahrenheit se utiliza en los países anglosajones. El
punto de congelación del agua es de 32°F, y su punto de ebullición, 212°F.
Finalmente, en la escala Kelvin, el cero se define como el cero absoluto de temperatura; es decir, -273,15 °C. La magnitud de su unidad (Kelvin), simbolizada por K, se define como igual a un grado Celsius.
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